La avena es un cereal considerado un “superalimento”, es decir, un alimento rico en nutrimentos que benefician nuestra salud.
Por ello en los últimos tiempos se le han atribuido muchas ventajas, entre ellas, que ayuda a perder peso y a reducir la glucosa, el colesterol y los triglicéridos en la sangre, pero ¿sabes qué tan cierto es esto?
Aquí te decimos…
¿Por qué es tan saludable la avena?
Hay estudios que demuestran que consumir avena mejora la calidad de nuestra dieta, pues por su alto valor nutricional nos aporta una gran cantidad de vitaminas (en particular del complejo B3 ), y minerales como el calcio, fósforo, magnesio, hierro, cobre, selenio y potasio, todos esenciales para nuestro cuerpo.
Para los expertos, es también buena fuente de proteína vegetal y fibra que contribuye a mejorar la digestión. Además, contiene ácidos grasos saludables los cuales protegen nuestro corazón.
¿Cuáles son los beneficios de consumir avena?
Al ser la avena buena fuente de fibra (buena fuente se considera cuando un alimento aporta más de 3 g de fibra por porción) nos brinda grandes beneficios.
Por su parte, se ha comprobado que consumir avena nos ayuda a mantener un peso más saludable, la razón es que por la gran cantidad de fibra que contiene aumenta nuestra saciedad lo que contribuye a reducir el consumo de alimentos durante el día.
La fibra también ayuda a reducir la absorción de las grasas que contienen los alimentos, evita que el hígado produzca grandes cantidades de colesterol, en otras palabras nos ayuda a mentener los en niveles de grasa en nuestro cuerpo.
Desmientiendo los mitos
Efectivamente, la avena es un “superalimento” pero eso no significa que debamos consumirla en grandes cantidades. De hecho, si hacemos esto podemos tener un efecto contrario. Y entre otras consecuencias aumentar nuestro peso, descontrolar nuestros niveles de glucosa y elevar aun más el colesterol y los triglicéridos, por lo que debemos tener mucho cuidado.
Entonces… ¿cuánto y cómo debemos consumir avena?
Un tercio de taza de hojuelas de avena (aproximadamente 26 gramos), nos aporta alrededor de 65 calorías y 4.5 gramos de fibra, sin embargo, al ser un cereal su contenido de carbohidratos suele ser alto, por lo que se recomienda consumirla en cantidades moderadas, para no elevar los niveles de glucosa en la sangre, sobre todo en personas que viven con diabetes.
La forma de consumirla también es importante, por lo que debemos evitar mezclarla con lácteos, frutas, otros cereales, como granola o amaranto, o endulzantes como miel o azúcar de mesa, esto para no incrementar la cantidad de azúcares en nuestra alimentación, lo cual puede impactar en un aumento de peso o ser perjudicial si se presenta alguna exceso de colesterol, triglicéridos o enfermedad por hígado graso.
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La cantidad y la frecuencia del consumo de este alimento dependerá de tus necesidades, un profesional de la nutrición podrá recomendarte la cantidad adecuada.
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Autora: Wendolyn Dávila
