Llegó el otoño y con él, el momento de disfrutar del tradicional pan de muerto; uno de los alimentos más representativos del Día de Muertos que está en casas, panaderías y por supuesto una infinidad de ofrendas, que evocan a la muerte y a la vida.
Y aunque es simplemente delicioso, las personas que se están cuidando o simplemente están a dieta tienen la duda de si deben o no comer una rebanada. Después de todo, es difícil resistirse a su aroma a naranja y esos pequeños huesos de azúcar o de semillas de sésamo.
Quizá la respuesta a esta interrogante está en su variedad. Cada 1 y 2 de noviembre tenemos una gran cantidad de opciones. Está el pan de muerto tradicional, el pan seco, barnizado con mantequilla, endulzado con azúcar blanca, con ajonjolí. También están los rellenos de: nata, chocolate o frutas.
Todos son muy deliciosos pero te sorprenderá sus diferencias…
¿Qué nos aporta el pan de muerto?
Al igual que cualquier otro alimento, el pan de muerto nos proporciona nutrientes que nuestro cuerpo necesita, por ejemplo, carbohidratos en la harina y el azúcar utilizada para endulzar, grasas y un poco de proteína en la mantequilla y el huevo.
El problema viene cuando la lista de ingredientes se hace extensa, pues se incrementan de manera excesiva los azúcares y las grasas en rellenos a base de mermeladas, frutas, cremas o chocolate.
Para que podamos comprender esto, hay que saber que una rebanada pequeña de pan de muerto tradicional sin azúcar escarchada puede aportar alrededor de 250 calorías. Esto es el equivalente a ña cantidad de carbohidratos que contienen aproximadamente cuatro tortillas de maíz y la cantidad de grasas que hay en 2 dos cucharaditas de aceite vegetal.
Sin embargo, una rebanada del mismo tamaño de un pan de muerto relleno de crema de chocolate podría aportar más de 500 calorías, y contener una gran cantidad de azúcar simple y grasas saturadas.
Además, cuando lo acompañamos de atole, o chocolate endulzados las calorías pueden aumentar al doble, lo que puede generar eventualmente una subida de peso, alteraciones de el estado metabólico y causar un descontrol importante si se padece alguna enfermedad crónica como diabetes.
Entonces, ¿es recomendable comer pan de muerto?
Como, seguro no puedes perderte la oportunidad de disfrutar de este alimento tan esperado durante todo el año, solo debes hacerlo con moderación, tanto si eres una persona sana o si padeces alguna enfermedad crónica como diabetes, hígado graso, obesidad, hipertensión o dislipidemias.
Aquí te dejamos algunos consejos para disfrutarlo sin culpas
- Prefiere las opciones sin relleno, de esta forma te ahorrarás muchas calorías extras.
- Evita los que esté espolvoreado con azúcar o con mantequilla, elige mejor con ajonjolí y si es posible hecho a base de harina integral, esto te aportará un poco de más de fibra.
- Sirve una porción pequeña y trata de alejar el resto, esto te ayudará a evitar la tentación de servir en más ocasiones y perder el control de lo que comes.
- Acompáñalo con té sin azúcar o una taza de leche descremada.
Recuerda que debes continuar con tus hábitos de autocuidado diarios, no suspendas tu rutina de ejercicio, sigue cuidando todos los aspectos de tu alimentación, descansa y disfruta esta temporada.
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